Grigory Mamurin, un joven ruso, ofrece billetes a los transeúntes a
cambio de que hagan cosas vergonzosas. La mayoría aceptan. ¿Crees que no
venderías tu integridad a cambio de una buena cantidad de billetes? Seguro que
sí. Sin embargo, existe a día de hoy un ruso (Grigory Mamurin) que, en su canal
de YouTube, demuestra jornada tras jornada que todo el mundo tiene un precio y
que lo único que hay que hacer es encontrarlo. ¿No te lo crees? Pues tan solo
tienes que ver como hay chicas que no dudan en quitarse la camiseta y el
sujetador en medio de la calle o jóvenes que se beben su propia orina para irse
a casa con algo más de dinero.
Grigory Mamurin se define en YouTube, donde logra hacerse viral habitualmente, como el nieto de Igor Neklyudov, un magnate de un medio de comunicación ruso. A su vez, explica que tiene carta blanca para poder usar el dinero de su «abuelito» tal y como le salga del naso. Por ello, y seguramente por una buena dosis de aburrimiento, se dedica a plantar retos a los transeúntes como rociarse de zumo de tomate. En su último vídeo, de hecho, ha logrado más de un millón de visitas ofreciendo 130 euros por disparar a un perro. Y muchos aceptaron.
Grigory Mamurin se define en YouTube, donde logra hacerse viral habitualmente, como el nieto de Igor Neklyudov, un magnate de un medio de comunicación ruso. A su vez, explica que tiene carta blanca para poder usar el dinero de su «abuelito» tal y como le salga del naso. Por ello, y seguramente por una buena dosis de aburrimiento, se dedica a plantar retos a los transeúntes como rociarse de zumo de tomate. En su último vídeo, de hecho, ha logrado más de un millón de visitas ofreciendo 130 euros por disparar a un perro. Y muchos aceptaron.
YouTube y el sucio dinero
Mamurin, más conocido como Grisha en YouTube, afirma que lo que busca
subiendo estos vídeos es demostrar que todo el mundo tiene un precio y que,
tarde o temprano, todos aceptamos una cantidad determinada de billetes a cambio
de perder la dignidad. Y parece que no le va mal, pues ya ha logrado más de
800.000 suscriptores con sus curiosos cortos. No obstante, también suele
grabarse disfrutando de buenas fiestas rodeado de chicas semidesnudas. Entre
sus retos destaca ofrecer dinero a la gente a cambio de que le lama los
zapatos, se arrastre por el suelo, ladre como un perro, se desnude en público,
se quite (en el caso de las chicas) la camiseta y el sujetador, se beban su
propia orina, se afeiten la cabeza o, como ya se ha explicado, disparen a un
cachorrito con una pistola que, por suerte, está descargada. En la mayoría de
los casos logra su objetivo y todo el mundo acaba «pasando por el aro». «No juzgo a estas personas, la mayoría deben tener problemas económicos
que les harán hacer estas cosas. Personalmente desconozco lo que haría en el
caso de que no tuviese dinero», explica el protagonista en declaraciones
recogidas por varios medios internacionales. Con todo, y a pesar de que cuenta
con cientos de miles de seguidores, ya se ha ganado el odio de otros tantos
usuarios de YouTube que le acusan de jugar con la sociedad como un niño rico
consentido (ABC)
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