sábado, 23 de abril de 2016

Beber orina y otras cosas horribles que se hacen por mucho dinero

Grigory Mamurin, un joven ruso, ofrece billetes a los transeúntes a cambio de que hagan cosas vergonzosas. La mayoría aceptan. ¿Crees que no venderías tu integridad a cambio de una buena cantidad de billetes? Seguro que sí. Sin embargo, existe a día de hoy un ruso (Grigory Mamurin) que, en su canal de YouTube, demuestra jornada tras jornada que todo el mundo tiene un precio y que lo único que hay que hacer es encontrarlo. ¿No te lo crees? Pues tan solo tienes que ver como hay chicas que no dudan en quitarse la camiseta y el sujetador en medio de la calle o jóvenes que se beben su propia orina para irse a casa con algo más de dinero.
Grigory Mamurin se define en YouTube, donde logra hacerse viral habitualmente, como el nieto de Igor Neklyudov, un magnate de un medio de comunicación ruso. A su vez, explica que tiene carta blanca para poder usar el dinero de su «abuelito» tal y como le salga del naso. Por ello, y seguramente por una buena dosis de aburrimiento, se dedica a plantar retos a los transeúntes como rociarse de zumo de tomate. En su último vídeo, de hecho, ha logrado más de un millón de visitas ofreciendo 130 euros por disparar a un perro. Y muchos aceptaron.
YouTube y el sucio dinero
Mamurin, más conocido como Grisha en YouTube, afirma que lo que busca subiendo estos vídeos es demostrar que todo el mundo tiene un precio y que, tarde o temprano, todos aceptamos una cantidad determinada de billetes a cambio de perder la dignidad. Y parece que no le va mal, pues ya ha logrado más de 800.000 suscriptores con sus curiosos cortos. No obstante, también suele grabarse disfrutando de buenas fiestas rodeado de chicas semidesnudas. Entre sus retos destaca ofrecer dinero a la gente a cambio de que le lama los zapatos, se arrastre por el suelo, ladre como un perro, se desnude en público, se quite (en el caso de las chicas) la camiseta y el sujetador, se beban su propia orina, se afeiten la cabeza o, como ya se ha explicado, disparen a un cachorrito con una pistola que, por suerte, está descargada. En la mayoría de los casos logra su objetivo y todo el mundo acaba «pasando por el aro». «No juzgo a estas personas, la mayoría deben tener problemas económicos que les harán hacer estas cosas. Personalmente desconozco lo que haría en el caso de que no tuviese dinero», explica el protagonista en declaraciones recogidas por varios medios internacionales. Con todo, y a pesar de que cuenta con cientos de miles de seguidores, ya se ha ganado el odio de otros tantos usuarios de YouTube que le acusan de jugar con la sociedad como un niño rico consentido (ABC)

 


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