segunda-feira, 14 de março de 2016

Los lugares que la NASA dejó atrás

Lanzamiento espacial con un cohete Hermes A-1 (Campo de misiles Arenas Blancas, Nuevo México, 2006) 
El fotógrafo americano Roland Miller ha pasado los últimos 23 años buscando los lugares que quedaron abandonados tras el final de la carrera espacial. Ha recorrido Estados Unidos y fotografiado las decenas de instalaciones de 12 localidades. Todo con un propósito: documentar la ruina en la que se ha convertido lo que fue, hace cinco décadas, grandioso. Su objetivo ha capturado desde pistas de lanzamiento, propulsores de cohetes hasta fortines espaciales e instalaciones de investigación. La mayoría de estos vestigios de nuestra historia reciente están en bases militares cerradas al público; otros ya han desaparecido. Miller ha recogido todas estas instantáneas en su libro "Abandoned in Place: Preserving America's Space History" (Abandonados en el sitio: preservando la historia espacial de América, en su traducción al español), publicado el 1 de marzo por la Universidad de Prensa de Nuevo México.
Antiguo teleférico en el complejo de lanzamiento Apolo (Cabo Cañaveral, Florida, 2000) 
En 1950, Estados Unidos vivía un tiempo de esperanza. La Segunda Guerra Mundial había terminado, el mundo estaba recuperándose y era el momento de empezar a mirar el futuro. En particular, al espacio. Rusia, antiguo aliado, se convertía en competidor. El programa de exploración del espacio eclosionaba y los lugares de lanzamiento florecían alrededor de todo el país. A finales de los 50 y en los 60, ambas naciones lograron grandes cosas. Pero, en julio de 1969, cuando Estado Unidos lanzó a Apolo 11 a la Luna, el final de esta carrera hacia el espacio estaba cerca. A partir de ese momento, las instalaciones de lanzamiento dejaron de ser necesarias y, al cabo de dos décadas, la mayoría de cerraron, una tras otra. "Es impactante estar ahí, parado, en frente de edificios que representaron toda una época y que hoy están en ruinas", confiesa Miller. 
Anillo de lanzamiento en el complejo de la misión Apolo (Cabo Cañaveral, Florida, 1990) 
Este anillo de lanzamiento se encuentra en el complejo 34 de la misión Apolo. "Es mi favorito", asegura el fotógrafo Roland Miller. "La primera misión Apolo, Apolo 7, salió desde el complejo 34. Es también el lugar donde se incendió la cápsula del Apolo 1 y murieron Gus Grissom, Ed White y Roger Chaffee. Tiene algo espiritual este lugar. El pedestal de lanzamiento, con su gran círculo abierto mirando hacia el cielo, le da un aire de ruina arqueológica y astronómica". Además de esta construcción, Miller recuerda especialmente las instalaciones de lanzamiento de la misión Mercurio o el lugar donde se encuentra el homenaje al transbordador espacial Challenger, que se desintegró 73 segundos después de su lanzamiento (causó la muerte de sus siete tripulantes y se convirtió en el peor accidente en la conquista del espacio). 
Catacumbas de la sala de control del motores del programa Apolo (Base de fuerza aérea Edwards, California, 1998) 
"La única parte mala que veo a esta experiencia es que no empezara el proyecto 20 años antes. Si hubiera sabido que existían estos lugares a principios de los 70, me hubiera encantado fotografiarlos antes de que empezaran a demolerse", confiesa Miller. Ahora, 23 años después, el libro de Miller está terminado. "El libro puede estar completo, pero yo voy a seguir haciendo fotografías para este proyecto tanto tiempo como se me permita. Especialmente en Cabo Cañaveral. Uno de los beneficios de haber estado más de 20 años en este proyecto es que he podido ver cómo todo cambia con el tiempo. Algunos, como el complejo de lanzamiento Atlas 13 en Cabo Cañaveral ha sido reutilizado", explica. "Quiero seguir ahí para documentarlo" (El Pais)

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